Desde la perspectiva del neuromarketing, que explora cómo el cerebro humano responde a ciertos estímulos, se torna evidente que la falta de claridad en el lenguaje puede tener efectos profundos en la percepción del público y, por ende, en el éxito de las estrategias de marketing.
La Confusión como Desafío: Esto puede manifestarse en distintas formas, como mensajes contradictorios en distintos canales de comunicación o cambios abruptos en el tono utilizado en la publicidad. Cuando el público no puede navegar de manera coherente en las aguas del lenguaje de una marca, su confianza y lealtad se vuelven inciertas.
El Impacto en la Cognición del Consumidor: El neuromarketing nos enseña que los consumidores procesan el lenguaje de manera distinta según cómo se presente. La consistencia es crucial para construir un camino claro en la mente del consumidor, permitiéndole formar una conexión sólida con la marca. Cuando el lenguaje es inconsistente, se activan áreas del cerebro asociadas con la confusión y la incertidumbre, lo que dificulta la retención del mensaje y la formación de una imagen mental coherente. En cambio, la consistencia lingüística nutre la familiaridad y la comodidad, estableciendo una base para relaciones duraderas.
La Danza Sutil de la Inconsistencia Estratégica: Introducir toques de variabilidad puede generar interés y mantener la atención. La inconsistencia deliberada debe ser un pincelazo calculado en una paleta coherente, no un caos desarticulado que aleje a la audiencia.
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